Estoy enferma,
enferma de amor.
Hay una fiebre de amor
que me obliga a caer al piso
inconciente,
tirada.
Me obliga a seguir,
a contorsionarme,
no puedo, no puedo,
no puedo deternerme.
Conciente de esta fiebre
de inconciencia,
que se secreta por mis poros,
en cada contorsion.
Sudor lleno de inconciencia
que se adhiere a las sábanas
y me impide la posición erecta,
simplemente ya no puedo concentrarme.
Inconciencia que me acompaña
cuando voy y vengo,
se levanta conmigo al agua de la mañana,
se mira al espejo en mis ojos
y aún cuando mi ropa combina
ya no me viste
a veces siento hambre
y como
y a veces siento sueño
y duermo
a veces incluso creo ke entiendo.
Y de pronto abro los ojos
y me doy cuenta ke aún estoy tirada.
martes, 4 de noviembre de 2008
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